Los labios finalmente decidieron ofrecer una sonrisa, y aquello era una señal, la señal que él esperó sin saberlo durante tanto tiempo en su vida, que había buscado en las ovejas y en los libros, en los cristales y en el silencio del desierto. Allí estaba el puro lenguaje del mundo, sin explicaciones para continuar su camino en el espacio sin fin.
"Hay una Mano que despierta el Amor, y que hizo un alma gemela
para cada persona que trabaja, descansa y busca tesoros bajo el sol."
-El Alquimista - Paulo Coelho-
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