26.1.10

De a poco


Todo fue tan lento, la timidez siempre me ganó; el orgullo y el nerviosismo siempre me jugaron mal… tú te reías de las muchas estupideces que dije, de las miradas locas y de los cambios de color que te decía le producías a mi cara. Y fue así, que luego de juegos locos, de conversaciones silenciosas y largas; luego de momentos eternos, de una indiferencia irritante y dolorosa… nuestra historia comenzó.

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